miércoles, 24 de abril de 2013

Décimo capítulo- La manera de desencantar a la sin par Dulcinea del Toboso, que es una de las aventuras más famosas de este libro

Después de seis días los Duques se llevaron a Don Quijote a cazar, después de unas horas, cuando era de noche, montaron las tiendas para pasar la noche. Al cabo de un rato se dieron cuenta de que una procesión de carros se acercaba, según el diablo (un personaje que se acercó a ellos) venían en nombre de Montesinos y que le iban a revelar la manera de desencantar a Dulcinea. Seguido de el sabio Lirgandeo y el sabio Alquife.
En el ultimo carro apareció una personaje, con la cara desgarrada, que decía ser Merlín el encantador, el cual se conmovió al ver a Dulcinea convertida en rústica aldeana y decidió que la única y exclusiva manera de que Dulcinea volviese a tener la misma belleza que antes, Sancho se debía dar tres mil trescientos azotes en las posaderas.
Sancho al oír esto le dijo a Don Quijote que no pensaba dárselos, además dijo que si era Don Quijote el que tenia tanta intención en volver a ver a Dulcinea bien que se diera el los trescientos azotes y que no se lo pidiera a Sancho ya que él no tenia culpa ninguna.
En ese momento intervino el Duque el cual dijo que sino accedía a darse los azotes no le daría el gobierno de la ínsula ya que demostraría ser un gobernador muy duro. Sancho al oír esto accedió con la condición de que el debía decidir cuando se daría los azotes y que no deberían hacerle sangre y si los azotes eran flojos también se debían contar.
Y así volvieron al castillo dónde las burlas por parte de los duques iban a continuar.

Este capítulo me ha parecido muy corto. Me dan pena Don Quijote y Sancho. un refrán que ha dicho Sancho que me ha gustado ha sido: "Y pónganme el dedo en la boca y verán si aprieto". Los duques ya se están pasando de la raya.

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