miércoles, 1 de mayo de 2013

Décimo segundo capítulo- El vuelo sobre el caballo Clavileño y el feliz desencantamiento de las dueñas barbadas

Por la noche llevaron a Don Quijote y a Sancho hacia el caballo y le dijeron que deberían taparse los ojos porque se podían marear. Don Quijote y Sancho accedieron, y al momento les dijeron que para activar el caballo había que mover una clavija que se encontraba en el cuello del caballo. Y para bajarse del caballo cuando llegasen tendrían que esperar a que este relinchara.
Cuando Don Quijote apretó la clavija todos los allí presentes se despedían como si realmente se estuvieran moviendo, incluso imitaban el calor del sol y el movimiento del viento. Al cabo de un rato los allí presentes encendieron la cola de Clavileño el cual al estar lleno de cohetes salió disparado por el aire tirando a Don Quijote y a Sancho al suelo. Cuando se levantaron vieron que no se habían movido de lugar y que a su alrededor estaban los mismos personajes que antes y observaron también que junto a ellos había una lanza con un mensaje el cual decía que Don Quijote había vencido con solo intentarlo y que Malambruno se contentaba con eso y había desencantado a Antonomasia, a Don Clavijo y a la Trifaldi y a sus doncellas. También decía que igualmente se desencantaría Dulcinea en cuanto Sancho cumpliera lo prometido.
Sancho le dijo a la Duquesa que durante su viaje en Clavileño se había quitado el pañuelo y había visto como el mundo y las personas eran muy pequeñas desde esas alturas, . Sancho prosiguió contando que había estado tan cerca del sol que había podido comprobar que realmente era muy grande, también dijo que se habían detenido en la constelación de las siete cabrillas ya que como Sancho había sido cabrero se entretuvo un poco con ellas. Al final, obviamente, nadie creyó a Sancho y Don Quijote le dijo que se lo creería cuando el se creyese lo dela cueva de Montesinos.


Este capítulo me ha hecho mucha gracia, es uno de los mejores capítulos. Me encanta como le toman el pelo a Don Quijote y a Sancho aunque, como he dicho en anteriores opiniones personales, me da un poco de pena. También me ha hecho mucha gracia cuando Sancho interpreta la constelación más importante de las Pléyades llamada "Las siete Cabrillas" como algo literal  y dice que en camino se apeó del caballo y se entretuvo un poco con ellas, lo cual es totalmente imposible ya que no se movieron del sitio.

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