miércoles, 29 de mayo de 2013

Vígésimo capítulo- De las grandes aventuras de Don Quijote y Sancho encontraron a campo habierto

De camino a Zaragoza Don Quijote y Sancho se contaron lo que habían hecho los días durante los cuales estuvieron separados y hablaron sobre la libertad.
Al poco tiempo Don Quijote y Sancho encontraron a unos labradores que llevaban algo tapado con sabanas. Don Quijote pidió que era y los labradores le enseñaron unas estatuas y le contaron que eran imágenes de santos que llevaban a una iglesia.  Don Quijote consideró ese encuentro con los labradores una señal de buen agüero y continuaron su camino.
Don Quijote y Sancho comenzaron a hablar del amor interior, ya que Sancho no podía entender como pudo Altisidora enamorarse de él. Mientras se adentraban en el bosque, Don Quijote y Sancho se enredaron con unos hilos que colgaban de los arboles. Justo cuando Don Quijote empezaba a blasfemar contra los encantadores, salieron dos muchachas que les explicaron que esos hilos los habían puesto ellas para cazar pájaros. Al saber que era Don Quijote lo invitaron a comer con su gente, personas ricas que formaban una fingida Arcadia como la de los libros (se disfrazaban de gente pobre y actuaban como ellos). Don Quijote fue tratado por la gente con muchísimo respeto y conversó con ellos sobre diversos temas. Después de comer, al oír Don Quijote un ruido se montó sobre Rocinante y esperó a que llegara la supuesta tropa que les quería agredir. Pero en realidad era una corrida de Toros; la cual pasó por encima de ellos dejándolos polvo. Don Quijote y Sancho sintieron tanta vergüenza que se marcharon sin despedirse de la Arcadia fingida, la cual lo había visto todo.
 Cuando tuvieron ocasión, se pararon a comer un poco pero Don Quijote comenzó a decir que tenia pensado dejarse morir de hambre de la vergüenza que había pasado. También le pidió a Sancho que se diese algunos azotes para poder así desencantar a Dulcinea, pero Sancho dijo que no se los pensaba dar ya que azotarse uno mismo era algo excesivamente doloroso.
Al llegar a una venta próxima descubrieron que unos caballeros estaban hablando de una segunda parte del Quijote que se había publicado.
Cuando Don Quijote leyó algo del libro se quedó asombrado de lo malo que era y de todas las mentiras que en él se decían. Además decidieron no ir a Zaragoza ya que según habían dicho esos caballeros el libro había estado en las justas de la ciudad. Al oír todo lo que Don Quijote había dicho estos caballeros se quedaron totalmente admirados y se dieron cuenta de que eran los verdaderos Don Quijote y Sancho.

Este capítulo me ha estado muy bien. La prima parte me ha sorprendido ya que al ver Don Quijote a los Santos no los confunde con encantadores ni nada por el estilo. Además siente vergüenza, cosa que es el primera vez que tiene ese sentimiento en el libro, si recuerdo bien. Lo que me parece súper original es la critica y denuncia que hace Cervantes a Avellaneda en el mismo libro, ya que el escribió una falsa parte de Don Quijote para burlarse de Cervantes. En la apócrifa del Quijote, Avellanedo cambia totalmente la personalidad y carácter de los personajes.

1 comentario:

  1. Gracias amiga me ayudan mucho estos resúmenes tan perrones ( hoy por ti mañana por nosotras)

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