Al verse Don
Quijote enjaulado encontró que eso no era propio de los caballeros andantes,
pero dedujo que era porque los tiempos habían cambiado. Después Don Quijote y
Sancho tuvieron una discusión sobre si los fantasmas que le habían enjaulado.
El cura acordó una paga con los cuadrilleros para que los escoltasen hasta la
aldea. El juez, el capitán cautivo, don Fernando, Cardenio, Zoraida, Dorotea y
Luscinda se despidieron y siguieron su camino, y el cura, el barbero, don
Quijote, Sancho, el boyero de las mulas y los cuadrilleros se marcharon a
la aldea. En el camino encontraron a seis o siete
hombres dirigidos por el canónigo de Toledo, al ver a don Quijote enjaulado se
extrañó y le explicaron que estaba loco y el porqué, en lo cual el canónigo
comentó que los libros de caballerías volvían loco a cualquiera. Entonces
Sancho reconoció al cura y al barbero y les acusó de impedir el enlace entre la
princesa Micomicona y Don Quijote por envidia, y por lo tanto, de su ínsula. En
el acto, Sancho le fue a explicar a don Quijote que le estaban tomando el pelo,
pero él no se lo creyó. Después se pararon en un valle para alimentar a las
mulas y descansar. Allí cenaron invitados por el canónigo y hablaron sobre la
locura de don Quijote. De pronto, apareció un cabrero, llamado Eugenio,
persiguiendo a una cabrita y lo invitaron a cenar; les contó que se había
enamorado de una mujer muy hermosa llamada Leandra, pero no fue correspondido.
Ella se enamoró de una soldado con el que se fugó, pero él le robó todo lo que
tenía y la abandonó en una cueva desnuda; su padre, al enterase la encerró en
un convento y sus pretendientes se
fueron a la montaña a llorar su pena. Al oír la historia Don Quijote le dijo
que le ayudaría conseguir a su Leandra,
y el cabrero le dijo que estaba loco por lo que Don Quijote se enfureció y
empezaron a pelearse. Entonces, apareció una procesión de gente que llevaba a
una Virgen para pedir lluvia Dios ya que había habido sequedad ese año; pero
Don Quijote confundió a la Virgen con una mujer cautiva y a los disciplinantes
con malandrines, sin pensárselo se subió a Rocinante y arremetió contra uno de
ellos, el cual le devolvió el golpe y tiró a Don Quijote de Rocinante; al verle
inmóvil en el suelo se fue corriendo. Los demás fueron a ver si Don Quijote
estaba vivo y a comprobar que si lo estaba, lo metieron en la jaula de nuevo.
Allí todos continuaron su camino: los disciplinarios a la ermita, el cabrero se
despidió de todos, el canónigo emprendió de nuevo su viaje y los cuadrilleros
cobraron lo que se les debía por escoltar a don Quijote. Después de seis días
de camino llegaron a la aldea, donde Don Quijote fue atendido por su sobrina y
retenido en su casa y Sancho le contó alguna de sus aventuras a su mujer, Juana
Panza la cual le tomó por loco. La primera parte termina diciendo que Sancho y
Don Quijote salieron por tercera vez y fueron a Zaragoza donde encontraron
nuevas aventuras.
Este capítulo me ha gustado mucho, sobretodo cuando el ventero le da regaló al cura una novela al irse llamada Novela de Rinconete y Cortadillo, que pertenece a las novelas ejemplares(1613) escrita por el propio Cervantes. Es decir, que Cervantes utiliza el libro de Don Quijote para hacerse propaganda a él mismo. Lo que también me ha llamado la atención ha sido el discurso tan solemne que recita Sancho al creer que su amo está muerto (después de la pelea con el disciplinario, pag:197-segundo párrafo). Es el final de la primera parte, por lo que al final del capítulo concluye la historia ya que Cervantes no sabía que iba a escribir la segunda parte hasta que otro autor intentó escribirla y en ese momento decidió hacerla el mismo.
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