miércoles, 20 de marzo de 2013

Décimo tercer capítulo- que trata de la heroica defensa del baciyelmo con otras feroces y ruidosas batallas acaecidas en la venta


Al principio del capítulo, Dorotea se despierta al oír el canto de un muchacho, como le gustó tanto despertó a la hija del juez, Clara de Viedma, al oír Clara a este joven le reconoció como Don Luis, hijo de un caballero de Aragón, el cual estaba enamorado  de ella. Dorotea, la tranquilizó prometiendo que al día siguiente se le ocurriría algo para solucionar el problema.
La hija de la ventera y Maritormes decidieron gastarle a Don Quijote una broma y desde un agujero del pajar llamaron a Don Quijote, que se encontraba velando por la seguridad de sus amigos.
Maritormes haciéndose pasar por la hija del alcaide del supuesto castillo le pidió a Don Quijote que le diese la mano para que así pudiese desahogar todo el deseo que sentía hacia él.  Él se la dio y Maritornes se la ató con el cabestro del burro de Sancho, de manera que no se podía mover i tuvo que pasar toda la noche sobre Rocinante. Al amanecer llegaron cuatro jinetes preguntando por don Luis, los cuales llevaban una yegua que llamó la atención de Rocinante, el cual se movió y dejó a Don Quijote colgado de la mano, Maritormes al oír los grandes gritos le desató la mano. Los cuatro jinetes entraron en la venta, tomaron a Don Quijote por loco, encontraron a don Luis y le dijeron que su padre le estaba buscando y que por eso tenía que volver a casa.
El padre de Clara reconoció al muchacho y le preguntó por que se encontraba en la venta y este le dijo que iba siguiéndoles porque amaba profundamente a su hija Clara y deseaba casarse con ella. El padre al oír esto acepto siempre y cuando fuese lo mejor para todos. Mientras tanto, Don Quijote persuadió a unos huéspedes que no querían pagar su estancia.

En ese momento tuvieron Don Quijote y Sancho la mala suerte de que apareció por allí el barbero al que Don Quijote le había arrebatado el yelmo de Mambrino, el barbero al ver a Sancho arremetió contra él llamándole ladrón por haberle saqueado. Tuvieron una discusión en la que participaron unos caballeros de la Santa Hermandad. Al final, el barbero, al ver todo ese alboroto cogió su albarda y se fue de la pelea que se había montado. Acabado esto decidieron irse a Andalucía Don Luis, Clara, su padre y uno de los criados mientras que el resto de los criados fuesen a ver si el padre de Don Fernando estaba conforme con ese enlace.
Los caballeros de la Santa Hermandad querían prender a Don Quijote por haber liberado a los Galeotes, le apreso acusándole de salteador de caminos. Don Quijote al verse apresado comenzó a insultar al caballero ya que le estaba apresando por cumplir los códigos de la caballería y el cura convenció a los cuadrilleros para que lo soltasen diciendo que estaba loco. Después el cura le pagó ocho reales por la bacía y don Fernando los destrozos de don Quijote al ventero.

Don Quijote le dijo a la princesa Micomicona que prosiguieran con la aventura que esta le había encomendado y ella le dijo que partirían en cuanto Don Quijote quisiese. Pero Sancho al recibir ordenes de partir se negó ya que había visto la supuesta reina Micomicona con Don Fernando besándose apasionadamente. Al oír esto Dorotea se enrojeció ya que era cierto. Don Quijote al oír esto comenzó a insultar a Sancho llamándole embustero y mal criado. En ese momento Dorotea defendiendo a Sancho le dijo que seguramente lo que vio era fruto de un encantamiento lo que calmó a Don Quijote e hizo que Sancho se disculpara por su mala interpretación.

Mas tarde el cura y el barbero decidieron llevar a Don Quijote engañado hacia su casa, así que fabricaron una jaula encima de una carreta y se dispusieron a inventar una historia para que Don Quijote entrara en ella. El cura y el barbero, con ayuda de Don Fernando, Don Luis, los cuadrilleros y los camaradas de Don Fernando, se disfrazaron y entraron en la habitación de Don Quijote, le ataron y lo metieron en la jaula. Después, para tranquilizarlo, una voz fantasmal le dijo que se casaría con Dulcinea y que tendría muchos hijos; y a Sancho le dijo que si seguía con su señor y seguía sus pasos la recompensa prometida se le daría al acabar la aventura.



Este capítulo me ha parecido muy gracioso y divertido, sobretodo como le toman el pelo a Don Quijote y a Sancho, que cada vez parece estar más loco. También me ha gustado mucho la escena en la que todo el mundo se pelea y Cervantes explica los movimientos de cada uno (primer párrafo de la página 182).  Tengo la sensación de que cada vez se hace más pesado de leer

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