miércoles, 13 de marzo de 2013

Décimo primer capítulo- los desdichados amores de Cardenio y Dorotea y el encuentro con la princesa Micomicona

Cuando se marchó Sancho Don Quijote se encontró solo y sin saber que hacer y entonces comenzó a alabar a Dulcinea, a rezar un millón de avemarías y gravar en las cortezas de los arboles poemas de amor, etc; comenzó a buscar algunas de hierbas para poder mantenerse. Entonces Cervantes pasa a contarnos lo que le sucedía a Sancho.

Al llegar Sancho a la venta vio salir de allí al cura y al barbero que al reconocerle le preguntaron por su amo, Sancho se resistió al principió pero finalmente comenzó a relatar todo lo que les había sucedido incluyendo la carta que llevaba encima. Cuando el cura y el barbero le pidieron la carta para leerla Sancho se dio cuenta que  la había perdido y comenzó a recordar que decía. Los dos hombres al darse cuenta de que la carta no tenía sentido alguno se comenzaron a reírse de la poca memoria que tenía  Sancho que no se acordaba de nada. Más tarde le ofrecieron algo de comida y decidieron ir a buscar a Don Quijote par llevarle supuestamente con su amada Dulcinea del Toboso, pero en realidad era para que volviese a su casa. Idearon un plan, el barbero se disfrazó de doncella y el cura de escudero y se inventaron que la doncella quería vengarse de un mal caballero. Al llegar a un arroyo, Sancho fue a buscar a Don Quijote mientras el cura y el barbero le esperaban. Mientras estaban esperando que volviese Sancho con su amo, escucharon la voz de Cardenio recitando un poema. Este, al ver que el cura y el barbero se interesaban por su historia, se la contó repitiendo la misma relato que le  había contado anteriormente a Don Quijote hasta que comenzó a decir que Don Fernando mandó a Cardenio fuera con la excusa de ir a pedir dinero a su padre, mientras estaba fuera
 recibió una carta de Luscinda en la que decía que Fernando le había pedido matrimonio y su padre había aceptado ya que era mejor esposo que él . Y que además se casarían en secreto en pocos días. Cardenio fue a toda prisa para impedir la boda. Antes de la boda Luscinda le dijo que se suicidaría delante de todos si no lo impedía; pero Cardenio no fue capaz de impedirlo y Luscinda no fue capaz de suicidarse, por lo que Cardenio huyó a aquellas montañas a llorar su desgracia y pasar allí el resto de su vida. Cuando Cardenio acabó de contar esto se oyó una voz que lloraba también penas de amores.
Cuando se pusieron a buscar a la persona que de la cual procedían esos llantos encontraron a una mujer que también tenia una historia que contar. Esta mujer dijo que se llamaba Dorotea y decía que estaba allí ya que un hombre llamado Don Fernando le había prometido matrimonio pero este la dejó tras conseguir sus propósitos, días después se enteró de que este Don Fernando iba a casarse con Luscinda, al enterarse de esto decidió marcharse a la ciudad de Luscinda donde se enteró que esta en el momento de la boda se había desmayado encontrando en su vestido una nota que decía que ella en realidad quería a Cardenio pero que había dicho que si por no desobedecer a sus padres y que tenia la intención de matarse si no la dejaban estar con Cardenio, lo que se confirmó tras encontrar también una daga en su vestido. Después de este acontecimiento Fernando entró en cólera e intento matar allí mismo a Luscinda pero se lo impidieron. A los pocos días Fernando salió de la ciudad sin dejar rastro alguno y al poco tiempo Luscinda hizo lo mismo.

Al final Cardenio le confesó a Dorotea su identidad y le dijo que no descansaría hasta verla con el que debiera de ser su esposo, Don Fernando.  Al poco tiempo escucharon que Sancho llegaba y les decía que había encontrado a Don Quijote desnudo y casi muerto de hambre y que había dicho que no aparecería ante su amada, Dulcinea, hasta que se hubiera convertido en un gran caballero digno de su amada. Acordaron que Dorotea se hiciese pasar por la princesa Micomicona que iba en busca de Don Quijote para que este matase a un gigante. Se subió Dorotea a la mula del cura y así salir en busca de Don Quijote. Cuando Dorotea encontró a Don Quijote le dijo que no podía comenzar otra nueva aventura a menos que vengara primero al que entró en el reino de esta princesa, Don Quijote caballerosamente accedió y le dijo a Sancho que armase a Rocinante que seguirían a la princesa hasta donde ella mandase. Cuando se encontraron Don Quijote, la princesa y Sancho con el cura, el barbero y Cardenio fingieron un encuentro casual para así acompañarles. Por el camino el cura le contó a Don Quijote que el había ido con el barbero a cobrar unos impuesto pero que se los habían robado unos galeotes que, probablemente, habría liberado un loco. A todo esto Don Quijote no sabia que decir pues había sido él quien liberó a los galeotes. Pero a Sancho no le faltó tiempo para contar que había sido Don Quijote el que había liberado a los galeotes. Don Quijote rápidamente dijo para excusarse que esa era su misión como caballero andante.
Para calmar la rabia de Don Quijote Dorotea se comenzó a inventar la historia de la princesa Micomicona: Ella era hija del rey Tinacrio el Sabidor, el cual predijo que el gigante Pandafilando le pediría matrimonio a la princesa Micomicona, pero como esta no se quería casarse con el gigante partió a buscar a un caballero que la salvase del gigante y que posteriormente se casase con ella.
Al oír esto Don Quijote se lo dijo a Sancho el cual se alegró al saber que ya tenían un reino al que mandar. Pero Don Quijote le dijo al momento que él le cortaría la cabeza al gigante pero que no se casaría con ella ya que estaba enamorado de Dulcinea.
Tras oír esto Sancho se enfadó profundamente y llego a decir que Dulcinea no merecía a Don Quijote lo que produjo el gran enfado de Don Quijote que llego a arrearle varias veces. Al poco rato Don Quijote le dijo a Sancho que le contara todo lo que había sucedido en el viaje que tubo hacia la casa de Dulcinea. Sancho al no saber que decir no hacia mas que decirle mentiras a su amo acerca de la supuesta conversación que mantuvo con Dulcinea. Sancho le decía a Don Quijote que nada mas llegar Dulcinea rompió la carta ya que al no saber leer no quería que nadie la leyera por ella, entonces Dulcinea insistió en que Don Quijote fuese a verla al Toboso. Don Quijote preguntaba constantemente que era exactamente lo que Dulcinea había dicho pues le interesaba la pura verdad.

Se pararon a descansar cerca de un arroyo donde se encontraron a Andrés, el muchacho que había socorrido Don Quijote en el capítulo 3. Este le contó que después de que él se marchara su amo le pegó tantos azotes que casi lo mató y que había tenido que estar todo ese tiempo en el hospital recuperandose. Le dieron comida al pobre muchacho y este le pidió por favor que si se volvían a encontrar y él estaba en apuros que no le ayudase; Don Quijote al oír aquello se avergonzó. Al día siguiente, Dorotea, Cardenio, el cura, el barbero, Sancho y Don Quijote fueron a la venta, donde el ventero, su hija, su mujer y Maritornes les recibieron con mucha alegría.



Este capítulo me ha parecido larguísimo,  aunque me ha gustado mucho. Me ha entusiasmado como la historia de Cardenio se enlaza con la de Dorotea y este recupera las esperanzas. Me he reído mucho en la parte que Sancho intenta recordar la carta para Dulcinea y la parte en que Dorotea se inventa la trágica historia de la princesa Micomicona(me ha sorprendido que Sancho se lo creyera, me parece que se le está pegando la locura de su amo).

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